El desierto era sofocante.
El paisaje ondeaba en esa eternidad de arena y cielo despejado. La caravana había sido saqueada por hombres salvajes que tomaron todo lo que pudieran vender, ya sean las vidas de los hombres o el honor de las mujeres. A algunas se las llevaron para ser esclavas, y quienes no cumplieran con la juventud o belleza, les cortaron el cuello. A pesar del calor abrasador, aún sentía frío, Como el cuchillo que la dañó. Sintió que desde ese tajo se le esfumaba la vida. Rezó al dios Alá, sin respuesta alguna. Y le odió por ello.
Juró a quien la escuchase que le entregaría todo de sí misma si se salvaba. Daría su vida y voluntad a quien le curase las heridas. La visión borrosa le permitió apenas ver dos figuras esbeltas caminar hacia ella, oscuras a lo lejos. Tapando el sol al llegar.
Una de ellas era de características más cercanas a las suyas. Su túnica y joyas le daban un aire de realeza, sin embargo, sobre su espalda, se posaban unas enormes alas coloridas. En su mano, la llave de la vida egipcia. La otra mujer, sin embargo, se encontraba sin vestimenta alguna, con una serpiente en su cuello que siseaba en su oído. Su cabello fogoso y sus ojos brillaban extrañamente mientras le miraba. La extranjera habló en un lenguaje del Oeste hacia la mujer alada, quien pareció estar de acuerdo con lo que decía. Sus alas se arrimaron sobre la dama en el suelo cuando se acercó a observar la herida, para que, unos momentos después, hablara en el idioma nativo.
━Si deseas la vida eterna, has de entregarnos tu alma a mí, Isis, a Lilith y al señor de las tinieblas. Obtendrás todo lo que deseas si sigues nuestras órdenes y te transformas en una bruja.
━¿Podré ejecutar mi venganza contra los hombres que me quitaron todo?
━Por supuesto. Aunque ellos no te han quitado nada si eres capaz de entregarlo todo, querida.
━Acepto.
Ambas sonrieron ampliamente, notándose en Lilith una lengua bífida y dientes puntiagudos que llamaron su atención. Las mujeres le quitaron las prendas del pecho y tomaron el corazón de la mujer herida de un tirón para estrujarlo y atravesarlo con sus uñas largas, brotando del órgano un fuego oscuro y maldito. La dama padeció un dolor que nació de lo profundo del pecho consumiendo cada vena, nervio y músculo hasta el exterior de la piel; la sangre burbujeó quemándose fervientemente dentro y fuera de su cuerpo, y la derramada, coaguló junto a la sangre y la carne de todo el cuerpo.
━Que lo maldito sea santo y que lo puro sea pecado…
No entendía qué sucedía, pero todo su cuerpo parecía cambiar desde lo profundo. Una transformación que por momentos amenazaba con ahogarla hasta que se sentía liviana, como si flotara. El proceso duró hasta el anochecer; entonces en el Horizonte vio aves enormes o algo que se parecía. Risas extrañas recorrieron el desierto. Risas gatunas, demoníacas, algunas similares a graznidos.
━Levántate hermana nuestra.
Los ropajes se disolvieron en la arena. Bajaron mujeres de los Cielos en escobas, despojándose de sus ropas al tocar el suelo. Otras con sus alas las destrozaron.
Algunas eran ancianas esqueléticas, otras poseían formas de animales o insectos humanoides, pocas mantenían una belleza extraña o maldita como Lilith, que abrazó a la nueva bruja, inspeccionando el cuerpo. La dama no pudo ignorar las piernas parecidas a garras aguileñas.
━Aquí no necesitas de hombres ni de los hijos que pongan en ti. Solo el Señor belcebú te los entregará en las llamas del fuego de nuestras danzas.
Las mujeres comenzaron a danzar en círculo, y en el centro nació fuego y un ser con cuernos.
━Las brujas no necesitamos nada ni a nadie. Solo a nosotras.
La Dama sonrió complacida para unirse a ellas.
Con el tiempo, su cuerpo se fue transformando: Mientras más hijos brindaba a su señor con su vientre, más como él se volvía. Pero lejos de disgustarse la dama, se encantaba aún más.
Escrito el 29/03/23
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