El Ángel de la Muerte (leyenda del hospital Rivadavia)

El hospital Rivadavia siempre fue famoso por sus incontables leyendas, debido a la antigüedad del edificio. Que si en las tuberías enormes detrás de las paredes habían armas de la resistencia de los montoneros, que la enfermera que aparece en la noche es un fantasma y miles más. Pero a Pedro no le importaba en lo más mínimo. Comprendía de dónde salieron algunas, pero no creía en ninguna. Le resultaban de lo más estúpidas. Siendo que Pedro era un enfermero. Por lo general, enfermeros y enfermeras solían presenciar situaciones de lo más extrañas y las comentaban constantemente. Era común que quienes trabajaban en este área creyeran este tipo de cosas. Sin embargo, Pedro era un incrédulo empedernido que andaba molesto el resto del día si le contabas algo como una leyenda urbana del hospital. Lamentablemente, era un día de esos. 

━¡Yo la vi! ━gritó el niño en la camilla━ ¡Era una enfermera regordeta que me sonreía desde el pasillo! ¡Usaba un uniforme viejo!
━¿En serio crees eso? ¿Qué enfermera te dijo eso? ━preguntó con una molestia creciendo y pinchando━. En todo caso, los fantasmas no existen.
━¡Claro que sí! ¡Yo la vi! ¡A ella y al Ángel!
 Pedro se detuvo un momento, pensando a qué se refería.
━¿Ángel? ━preguntó con un tono escéptico━ ¿De qué hablas?
━¡El Ángel frente a la sala de cirugías! ¡Es el Ángel de la muerte! ━Jamás Había visto un rostro tan contorsionado por el terror como el del niño. No había oído nunca de una leyenda con la escultura del Ángel.
━¿Qué? escucha, no sé quién te dijo eso…
━¡No quiero que me lleven a cirugía si no lo sacan!
━Pero ese Ángel es solo una escultura. y tu cirugía es importante, No la vamos a reprogramar.
━¡Escuché a las ancianas hablar de cómo quien entra a cirugía no sale porque el Ángel se lleva sus almas! ¡Solo hay que ver su gesto!

Llegaron los otros enfermeros asistentes para llevarse al niño. Este se volvió loco, incluso sus padres apenas pudieron hacer algo.

━¡Me llevará! ¡El Ángel tomará mi alma como con el señor Sánchez o Rossi! ¡O la señora Schmidt!

Su voz se fue apagando gracias a la anestesia. El enfermero apoyó su mano en el hombro de la madre que lloraba.

━Tranquila, es una operación que los cirujanos han hecho cientos de veces.
━Gracias Pedro, pero me preocupa lo que dice…

El hombre rodó los ojos con cansancio.

━Señora, esas ideas se las metieron las ancianas que caminan por los pasillos y las enfermeras chismosas. El Ángel es solo una escultura de piedra. Se la muestro si quiere.

La mujer caminó junto a él, siguiendo la camilla hasta que entró en una de las puertas, y ahí estaba: pulcro y con su expresión piadosa, el Ángel, que sostenía con su mano su túnica y un ramo de rosas. Entendió lo que decía el niño sobre el gesto: estaba tirando una rosa con la otra mano, similar a lo que se hace cuando se entierra una persona o se visita una tumba. Pero de ahí a que la gente crea que una simple escultura se puede llevar el alma (otra cosa con la que Pedro está en conflicto eterno) es una locura y una exageración. 
"Esas cosas de hippies… qué manga de alérgicos al laburo", pensó para sí mismo Pedro mientras miraba la figura que se alzaba en su pedestal.

━Es hermosa.
━Lo es. Ahora, por favor, le pediré que vaya a la sala de espera. Todo saldrá bien, así que descanse. Saldrá vivo.
━¿Usted lo cree?
━Sí, todo terminará en un par de horas.




Cuando la mujer se sentó en uno de los sillones, Pedro marchó a seguir con su trabajo: llenó formularios, siguió órdenes de doctores, le entregó pastillas a los enfermos, y más hasta entrada la noche. Ese día iba a durar otras veinte horas y ya estaba suspirando a las 9:30 de la noche. Pasó entonces de casualidad frente a las puertas de la sala de cirugías, donde escuchó un aleteo extraño. Giró su rostro hacia el pasillo, encontrándose sólo con el Ángel, ahora ensombrecido por las pocas luces. Sorprendiéndolo por un instante, se acercó un poco para verle más de cerca. Hubiera jurado que sus alas se habían movido, pero rápidamente pensó y asumió que había sido algún juego de su mente gracias a las sombras y las luces.

Iba a seguir su camino, sin embargo, sintió un objeto bajo su pie; que luego notó era una rosa blanca, ahora magullada y manchada. Volvió a la figura que no tenía la flor que aparentemente lanzaba. En su confusión apenas notó a los doctores saliendo de la sala con un rostro sombrío.


━¿Qué sucedió?

━Estuvimos 45 minutos haciendo reanimación. No logramos nada.

━Todo terminó para él. Lo lamento.


Pedro, quien aún estaba impactado, volvió hacia el Ángel que ahora tenía otra flor, y una leve sonrisa.




Escrito en el 03/23

Comentarios